jueves, 8 de septiembre de 2011

"Durante 24 años en la Argentina se entregó a razón de 20 manzanas por minuto".
Así lo aseguró el historiador Ramón Minieri al referirse a las tierras argentinas que están en mano de extranjeros.


Ramón Minieri es historiador argentino y autor de Ese ajeno sur, ensayo sobre la Compañía de Tierras del Sud argentino, propiedad de la corporación Benetton.
Su libro son 6 años de trabajo sobre distintos documentos de la Compañía Tierras del Sud Argentino, se publicó en el marco del conflicto entre la comunidad mapuche Santa Rosa y la Corporación italiana Benetton.
En dialogo con Ramón, el nos aportó datos sobre la conformación del latifundio británico – ahora italiano –, los impactos socioambientales que generó ese uso y tenencia de la tierra por más de un siglo. También dejó en evidencia que la extranjerización de la tierra no es un fenómeno reciente sino de larga data.
Así es como comienza refrescando nuestra memoria y recordándonos el momento en el cual se comenzó con esta extranjerización de las tierras argentinas: “La Ley Avellaneda, de 1876, para fomentar la colonización establece que se podían obsequiar hasta 32 leguas cuadradas, 80 y tantas mil hectáreas, si te comprometías a traer colonos, establecer un poblado, dividir en parcelas, instalar riego, en fin, hacer una serie de inversiones”, lo llamativo de esto, según Minieri es la “rapidez de los trámites”, mientras hay comunidades indígenas que hasta hoy están esperando los títulos de sus tierras, uno de estos hombres en 14 días corridos solucionó su problema.
“Desde la nota inicial de pedido de las 32 leguas cuadradas, hasta el decreto del presidente Juárez Celman fue un proceso de acumulación de tierras que en un comienzo se podría decir que fue ilegal”, aseguró. Además remarcó que durante 24 años en la Argentina se entregó a razón de 20 manzanas por minuto, si uno quiere dimensionar este proceso.
Estos terratenientes no pagaban impuestos, ni aranceles de exportación, lo único que pagaban era la contribución territorial. El historiador se pregunta “¿cómo una empresa no va a ser próspera?”, entonces remarca, “denle a un argentino o a una comunidad aborigen esta posibilidad, y además le regalas la tierra, a dónde va a parar la buena administración, el factor desarrollo, la corrección inglesa”.
Para finalizar nos realiza una reseña sobre las tierras en mano de la Compañía de Tierras del sud Argentino “L a Compañía tenía esas 322 leguas cuadradas que iban desde Cholila hasta Madryn, por una parte. Por otro lado, desde Pilcaniyeu – la Estancia Pilcañeu – hasta Sierra Colorada, el Sur de Río Negro y el Norte de Chubut. Puerto Madryn, la ciudad con el puerto y demás también era parte de lo que se les había otorgado en las concesiones, y todas las tierras del Ferrocarril Central Chubut”.
Es preciso señalar que esta adquisición siguió creciendo, van comprando y vendiendo tierras, compran El Maitén y Fitiriwin que eran otras concesiones de una empresa hermana y crean dos compañías nuevas para realizar la valorización de la tierra.
Cada vez suman mas tierras, para convertir en plata el aumento del valor de estas parcelas crean la Port Madryn Company, a la cual le dan toda la tierra que era del Ferrocarril Central Chubut, Puerto Madryn y la Estancia Madryn y Sierra Colorada; y la Río Negro Land Company, a la cual le dan la Estancia Maquinchao que era la más importante y después Renangueyeu, Ruculuan, Huanuluan, donde en este momento hay un litigio por tierras que reclama el lof Collueque.